Resumen
Esta investigación presenta un análisis de las disidencias comunistas de Colombia y los países de la URSS. La temporalidad da inicio con 1956 el año en que el XX Congreso del PCUS da a conocer los informes sobre el periodo de gobierno de Stalin. También ese año coincide con otro evento fundamental para las disidencias como lo fue la Invasión a Hungría. Posteriormente el año de 1959 fue clave para las disidencias en Colombia pues varios militantes son expulsados del partido comunista y justo en el año siguiente se desata la Revolución cubana que influye directamente a la disidencia latinoamericana. La metodología empleada consiste en el análisis de la historiografía y de la representación de los periódicos oficiales del Partido Comunista de Colombia para apreciar la representación oficial que este hacía de los disidentes y de la superioridad del sistema comunista de la URSS. Esta investigación trata de establecer relaciones entre los procesos políticos que se dan en el mundo comunista entre Colombia y Europa Oriental, problema de investigación inédito en la historiografía. Esta investigación permite ver como fue adoptada la ideología soviética en Colombia y como los intelectuales disidentes del PCC logran crear una resistencia que permite múltiples interpretaciones de los procesos del mundo comunista estableciendo conexiones intelectuales con otros procesos mundiales de disidentes que resistían y veían el proceso con una mirada crítica.
Disidentes-comunismo-Ideología-Colombia-URSS
Abstract
This research presents an analysis of the communist dissidences of Colombia and the countries of the USSR. The temporality begins with 1956, the year in which the XX Congress of the CPSU makes known the reports on the period of Stalin’s government. That year also coincides with another fundamental event for the dissidents, such as the Invasion of Hungary. Later, the year 1959 was key for dissidence in Colombia as
several militants were expelled from the communist party and just the following year the Cuban Revolution broke out, directly influencing Latin
American dissidence. The methodology used consists of the analysis of the historiography and the representation of the official newspapers of the Communist Party of Colombia to appreciate the official representation that it made of the dissidents and the superiority of the communist system of the USSR. This research tries to establish relationships between the political processes that occur in the communist world between Colombia and Eastern Europe, an unprecedented research problem in historiography. This research allows us to see how the Soviet ideology was adopted in Colombia and how the dissident intellectuals of the PCC manage to create a resistance that allows multiple interpretations of the processes of the communist world, establishing intellectual connections with other world processes of dissidents who resisted and saw the process with a critical look.
Keywords
Dissidents-communism-Ideology-Colombia-USSR
Una posibilidad de reconstruir la historia de la disidencia del Partido Comunista de Colombia (PCC) reposa en los múltiples escritos no publicados por este intelectual. Una primera pregunta que suscita la reflexión de algunos escritos del archivo personal del disidente Hernando Llanos Ortiz, contrastada con la más reciente historiografía, radica en el acontecimiento de ruptura más importante para la disidencia colombiana1 : El XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) de 1956. Los militantes comunistas estaban atrapados en una encrucijada: al hacer una crítica al partido eran condenados por la afinidad al imperialismo capitalista y la consecuente traición a la revolución. Sin embargo 1956 permitió la apertura:
“Tal cataclismo fue, para el movimiento comunista internacional en general y para nosotros los comunistas colombianos en particular, la denuncia oficial por el XX congreso de P.C. de la URSS de los crímenes de Stalin.Resultaba así que buena parte de las denuncias del imperialismo y de los renegados eran ciertas, y que los herejes al hacerlas no eran por lo tanto renegados, ni viles agentes del imperialismo, sino auténticos revolucionarios que sin abandonar su posición de tales, se habían atrevido a enfrentar a la poderosa maquinaria policiaca y propagandística del estalinismo. (Llanos Ortiz, 1979)
Las denuncias de Jruschov permitieron a los disidentes romper con el Ketman criollo2 e iniciar una serie de denuncias públicas que iban en contravía a las órdenes del partido. Algunas publicaciones de estos disidentes del PCC como Crisis (1957), Agitación (1958) y Estrategia 19623 dejan en claro la ruptura con la oficialidad. Antes de su crítica en público los disidentes comentaban entre sí y tomaban con humor algunas directrices y logística del PCC. No obstante, la importancia del acontecimiento de 1956 radica en que es aquí cuando en Colombia la Nueva Izquierda se manifiesta por primera vez. El mensaje de la URSS era claro: se aproximaban cambios en las directrices internacionales de los partidos comunistas. Los comunistas colombianos se sintieron en libertad de leer púbicamente los libros que antes fueron prohibidos o no recomendados por el estalinismo, veían con esperanza los cambios en la dirección de la revolución. Lo que implica que creyeron, como Hernando Llanos, en la estratagema política de Jruschov. 1956 significa la nueva política del PCUS.
“En 1956, en su “Discurso Secreto” al Vigésimo Congreso del Partido Comunista. Nikita Jruschov echó la culpa de la violencia política de la era estalinista al dictador y su “culto de la personalidad”; en este caso, sin embargo, Jruschov no estaba buscando únicamente tejer un buen relato. El líder soviético estaba diciendo a miles de perpetradores, en particular entre la élite del Partido, que su participación en la represión masiva no sería llevada a los tribunales. Dejaba así claro que Stalin, sería el único que cargaría con la culpa, a pesar de que él sabía, y ellos sabían, que la verdad era mucho más turbia.” (Harris, 2017: 15)
La estrategia de la cabeza de turco funcionó con efectividad. Stalin y su muerte fueron la muerte del velo represivo que representaba el PCUS.4 En esta época no se podía saber más a respecto. Tampoco se sabía de los millones de muertos que habían dejado la época de Stalin. Se sabía en cambio de “asesinatos políticos” (en los que destacaban, para la disidencia colombiana Bujarin y Trotsky) para perpetuar el poder de un hombre. Es el XX Congreso el acontecimiento que oficializa el cambio de discurso, la ruptura con el horror de Stalin. ¿Qué fue lo que cambió? ¿Cuáles fueron las diferencias, si las hubo, entre la dirección de Stalin y Jruschov? ¿Cómo se receptó este nuevo discurso en el PCC? Responder estas preguntas implican indagar en las publicaciones del PCC de 1956: Voz de la democracia y Voz proletaria y contrastarlas con algunos relatos de la disidencia. En el mundo comunista el acontecimiento fundamental que oficializó la ruptura de muchos intelectuales con el partido fue el Discurso de Jruschov y esto se extendía a sus valiosos sistemas de espionaje:
“Con todo, el mayor daño, con creces, provino de la sensacional denuncia de Stalin que Jruschov realizó durante el XII Congreso del Partido (sic, se refiere a XX Congreso del Partido), el 25 de febrero de 1956. Puesto que la mayoría de los agentes que trabajaban en el exterior no lo hacían por dinero sino por una convicción ciega en la causa comunista, que para entonces ya era inseparable del glorioso recuerdo de Stalin, el discurso de Jruschov, pronunciado en una sesión a puerta cerrada, hizo añicos la fe de muchos agentes cuando posteriormente se leyó a las células del Partido. Ni siquiera la noticia del infame pacto entre los soviéticos y los nazis había provocado tal desafección en las filas del movimiento comunista internacional. ” (Haslam, 2016: 250)
La “Nueva Fe” tuvo su escisión oficial. La izquierda mundial se convirtió en un prisma de izquierdas comprometidas con distintas orientaciones, nuevas fes, y posiciones críticas en torno a Stalin y su legado. El vigésimo congreso lanza a la esfera pública a la nueva izquierda colombiana que se gestaba en el seno del partido y de la Juventud Comunista. La disidencia de Mario Arrubla, Diego Montaña Cuellar, Estanislao Zuleta y Hernando Llanos Ortiz entre otros, representaba los matices de una clara disidencia de tipo intelectual. La ideología es el factor más relevante en el análisis del discurso del comunismo estalinista. Una ideología política de carácter religiosa que desbordaba en fanatismos dogmáticos y que aseguraba a cohesión de la militancia comunista internacional. El final del comunismo como un proyecto político realizable (fin real) se da en 1956 y no está asociado a causas externas (fin nominal 1989) sino a un problema interno5 , a las bases mismas con las que se erigió la URSS como bloque de vanguardia: en realizar la utopía de la dictadura del proletariado y el fin del capitalismo.
Una hipótesis que se debe comprobar es si la práctica ideológico-política de estos disidentes fue una cuestión generacional de los jóvenes comunistas colombianos. Una segunda se enfoca en indagar sobre si esta experiencia se replicó en Europa Oriental, o, de todas formas, saber si es posible una comparación entre las disidencias colombianas y las de Europa oriental. “La historia del comunismo ha sido siempre una historia generacional. El Marxismo, después de todo, fue un espectro por venir; desde el principio esta premisa fue una concepción del tiempo como un inevitable movimiento hacia adelante.” (Shore, 2009: 305) Frente a ese punto de vista es necesario mirar las particularidades en las que los individuos viven una experiencia colectiva de manera individual. No obstante, la teleología marxista, rentabilizada por el estalinismo, fue una dirección política que se dio a los partidos comunistas del mundo.
La disidencia tiene un carácter intelectual y académico, aunque eso no excluye sus actividades políticas en las que más que una vez resultaron encarcelados. Hernando Llanos relata las once veces que estuvo preso en los calabozos del Servicio de Inteligencia Colombiano (SIC). Eran intelectuales en el sentido contemporáneo del concepto que enmarca en el affaire Dreyfus, estaban comprometidos ideológicamente con cambiar el mundo. Estos disidentes no eran, como se puede acusar desde la izquierda, intelectuales estáticos en la academia que “contemplan el mundo y no se dedican a transformarlo”. La academia fue uno de los objetivos más importantes en la persecución y cooptación por parte de Stalin y su legado.
“El estalinismo severo estaba ocasionando gravísimos daños a las mismas disciplinas que podían hacer efectiva esta revolución organizativa. La vida académica generalizada fue paralizándose, disciplina a disciplina, a medida que pequeños Stalin se abrieron camino hasta la cumbre mediante la denuncia ritual ante los órganos de seguridad de sus rivales en todos los campos, fuera públicamente, fuera mediante cartas anónimas difamatorias, anonimki (un término tan generalizado como para merecer una entrada en el diccionario).” (Haslam, 2016: 229)
Durante la existencia de Stalin la academia se ideologizó de manera explícita. Su legado de prácticas es un fenómeno que nos acompaña hasta nuestros días en distintos lugares del mundo donde persisten los pequeños Stalin. El caso de Hernando Llanos en la Universidad Libre de Colombia de 1959-1960 demuestra como la directiva, que estaba integrada en parte por el Partido Comunista Colombiano se resistía a la enseñanza de El Capital de Marx, sugiriendo una mejor apropiación de Marx a través de la interpretación oficial avalada por Stalin: Los Manuales de Difusión soviéticos. El caso más famoso en la academia rusa es el de Trofim Lysenko un burócrata amigo de Stalin que sepultó la genética moderna durante varios años. La academia estalinizada atenta directamente contra el pensamiento crítico. Las disidencias comunistas son las que asumen esta resistencia al interior de las universidades. En el caso colombiano la universidad de la década de 1950 se rebatía entre la reacción conservadora laureanista y el proyecto liberal- socialista de la Universidad Libre. Luego los disidentes no solo debían luchar contra la reacción burguesa, sino fundamentalmente contra el dogma estalinista, cuestión que aun hoy permea las discusiones de la izquierda que busca a perpetuidad una constante purga del movimiento.
La permanencia de las prácticas estalinistas en las academias de siglo XXI puede considerarse uno de los factores de la tradición irradiada por el PCUS. Muchos académicos colombianos hicieron parte de las becas del Partido para estudiar en la URSS, esta situación se proyectó por toda América Latina.6
“La Rusia soviética era más conocida por sus progresos en las ciencias fundamentales que en las aplicadas. Lo peligros que surgieron tras la
guerra para aquellos que trabajaban en las ciencias aplicadas llevaron a muchos de ellos a refugiarse en campos que no estuvieran sujetos a criticas estalinistas por parte de arribistas ambiciosos. Tales costumbres no se cambian con facilidad: quedan demasiado engranadas en el tejido de la sociedad y se transmiten de generación en generación, al margen de las tribulaciones y los traumas de la sociedad. ” (Haslam, 2016: 3015)
No solamente las ciencias aplicadas fueron objeto de la persecución estalinista sino también las ciencias sociales y humanas, pues había una depuración discursiva sobre la concepción del universo a la luz del materialismo dialéctico (DIAMAT). Es posible ver la historia del comunismo en Europa oriental como una historia generacional que se vio influenciada por distintos acontecimientos. Aquellos que vivieron la Segunda Guerra Mundial experimentaron la salvación a través de los comunistas soviéticos. En consecuencia, la ideología comunista era una cuestión de supervivencia ante el fascismo.
El filósofo Karel Kosic (1926-2003) estuvo en un campo de concentración por sus prácticas comunistas, con el fin de la guerra fue un militante agradecido. No obstante, poco a poco se convirtió en un disidente que apoyó en 1968 la Primavera de Praga lo que le ocasionó el aislamiento, el señalamiento, y su muerte pública hasta 1989. Practicas del estalinismo utilizadas por la izquierda a nivel internacional.
La expulsión de Yugoeslavia de la Kominform (1948) desestabilizó toda la región porque desencadenó una nueva purga de Stalin. De esa situación surgió un nuevo enemigo: El sionismo. Rudolf Slansky (1901-1952) secretario general del partido comunista de Checoeslovaquia fue juzgado por sionismo y ejecutado en 1952. Pronto, el comunismo estalinista pasó de ser el salvador del fascismo a convertirse en el nuevo horror de la población y sobre todo de los intelectuales. El problemático caso de los judíos comunistas fue una realidad que en Colombia no tiene equivalente, quienes que tuvieron que sufrir la arremetida de los extremos: Hitler y Stalin. Poco a poco se desmoronaba el ideal de la URSS como el símbolo liberador de las garras del nazismo y el fascismo.
Antonin Zapatocky (1884-1957) primer ministro y después presidente de Checoeslovaquia intentó establecer el “socialismo humano”: Una reconciliación con los horrores estalinistas una superación del pasado a través de la humanización del régimen. No obstante, era controlado por Moscú y nunca se le permitió apartarse de los intereses de Stalin.